La reciente aprobación de la Ley 2385 de 2024, conocida como la ley “No más olé”, marca un hito en la lucha por los derechos de los animales en Colombia. Con la prohibición de las corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas en todo el territorio nacional, los defensores del bienestar animal celebraron lo que consideran un gran avance hacia una cultura que respeta la vida. Sin embargo, mientras este logro representa un triunfo significativo, la realidad es que otras formas de maltrato animal siguen siendo un negocio rentable y un espectáculo aceptado en muchas regiones del país.
La organización Plataforma ALTO recientemente denunció un caso aberrante en Sampués, Sucre, donde durante las corralejas locales se encendieron antorchas sobre toros vivos, convirtiendo el sufrimiento animal en un macabro entretenimiento. Este tipo de prácticas, permitidas bajo la excusa de tradiciones culturales, han sido duramente criticadas por organizaciones animalistas que exigen una regulación más estricta.
“Las corralejas son una expresión de crueldad extrema que no tiene cabida en una sociedad que busca avanzar hacia la empatía y el respeto por los seres vivos. Los responsables de otorgar permisos para estos eventos deben rendir cuentas,” señaló la organización en un comunicado en redes sociales, donde también responsabilizaron al alcalde local por apoyar esta “fiesta atroz.”
Maltrato como Modelo de Negocio
A pesar de las restricciones impuestas a la tauromaquia, otras prácticas que implican sufrimiento animal continúan siendo fuente de ingresos para comunidades y organizadores. Las corralejas, las peleas de gallos y los toros coleados no solo atraen multitudes, sino que también movilizan economías locales a través de apuestas, ventas de entradas y servicios asociados. Este lucrativo modelo perpetúa el abuso animal bajo la justificación de mantener vivas las tradiciones.
En contraste, el movimiento por los derechos animales ha insistido en la necesidad de encontrar alternativas culturales y económicas que no impliquen sufrimiento animal. “El cambio cultural no se logra solo con leyes; necesitamos educar y ofrecer opciones viables a quienes dependen de estas prácticas,” afirma Laura Restrepo, vocera de una ONG animalista.
Un Camino Aún Largo
La Ley 2385 de 2024 establece un precedente importante, pero también evidencia la dificultad de implementar un cambio profundo en un país donde muchas tradiciones están profundamente arraigadas. Según expertos, el desafío no es solo legal, sino también cultural y económico.
Por un lado, los defensores de los derechos animales celebran que esta ley permita avanzar hacia una Colombia más respetuosa con la vida. Por otro, la permisividad hacia otras formas de maltrato animal como las corralejas y las peleas de gallos sigue dejando en evidencia un sistema legal incoherente y una sociedad dividida en torno a este tema.
¿Hacia Una Nueva Ley?
La indignación generada por eventos como los de Sampués está alimentando un debate público sobre la necesidad de extender las restricciones legales a todas las formas de maltrato animal en espectáculos públicos. Grupos animalistas han comenzado a abogar por una legislación que prohíba las corralejas, las peleas de gallos y otras actividades similares. “Si como sociedad hemos rechazado las corridas de toros, ¿por qué seguimos permitiendo estas otras atrocidades?”, cuestiona Restrepo.
Mientras tanto, el país sigue dividido entre quienes consideran estas prácticas como tradiciones culturales intocables y quienes las ven como un vestigio de barbarie que debe ser erradicado. La transición hacia una Colombia libre de espectáculos de maltrato animal no será fácil ni rápida, pero el primer paso ya está dado. Ahora, la pregunta es: ¿Cuánto tiempo tardaremos en dar el siguiente?
ABERRANTE: A los bárbaros taurinos les parece muy divertido prenderle fuego a toros vivos en las corralejas de Sampués, Sucre. Llevan días divirtiéndose a costa del sufrimiento animal 🤬
— Plataforma ALTO (@PlataformaALTO) January 2, 2025
Exigimos al alcalde Javier Geney @alcaldiasam2020 que deje de apoyar esta "fiesta" atroz.… pic.twitter.com/F1KKC3cozD